Los vehículos eléctricos frente a los vehículos de combustión interna

Los vehículos eléctricos (VEs) son cada vez más populares. Ya no hablamos de una minoría de usuarios expertos en tecnología si no que los VEs están captando cada vez más la atención de un público mucho más amplio y están cambiando rápidamente el panorama general del automóvil.

Hay dos razones principales para ello: en primer lugar, la introducción de muchos nuevos modelos de vehículos eléctricos en los últimos años, y en segundo lugar, que estos son cada vez más asequibles. De hecho, el Car Cost Index 2021 de LeasePlan muestra que, en muchos países europeos, la conducción de VE es incluso más económica que la de los vehículos tradicionales con motor de combustión interna (*fuente: CCI 2021).

Pero, ¿cuánto cuesta conducir un VE en comparación con un vehículo de combustión interna similar, y dónde se aprecian exactamente las diferencias? En este artículo, comparamos el coste total de movilidad (TCO) entre los VE y los vehículos de motor de combustión interna.

Para que la comparación sea válida, deben incluirse los mismos servicios en el TCO tanto para el vehículo de combustión interna como para el vehículo eléctrico. Un contrato de renting operativo completo incluye un paquete de servicios que abarca lo siguiente:

• Financiación
• Impuestos
• Mantenimiento
• Neumáticos (de verano y de invierno, en su caso)
• Seguro (a todo riesgo)

El presupuesto para energía es un factor especialmente importante y constituye un diferenciador de costes, ya que la electricidad se mueve en un nivel de precios significativamente inferior al de los combustibles fósiles. Siempre es una buena idea incluir los costes de combustible o electricidad para realizar una comparación precisa del coste total de movilidad.

Al igual que ocurre con el combustible, el precio de la electricidad difiere según la ubicación. Sin embargo, esta variación regional puede ser mayor en el caso de la electricidad que en el del combustible. Una recarga rápida en una autopista puede resultar mucho más cara que la recarga en el propio domicilio, por ejemplo. Por lo tanto, basándonos en nuestros datos, que muestran que nuestros clientes utilizan una combinación del 60 % de recarga en casa, un 30 % en el lugar de trabajo y un 10 % en la red pública, hemos aplicado el precio medio de los tres tipos de carga para nuestros cálculos del TCO.

Además de los servicios incluidos, el kilometraje específico y la duración del contrato de renting también deben ser los mismos. Para este análisis, asumimos una duración del contrato de 48 meses y un kilometraje anual de 30.000 km, ya que esta es una combinación muy frecuente de plazo y kilometraje que se basa en un coste óptimo de depreciación (decreciente) y el coste de mantenimiento (creciente).

A fin de establecer una comparativa justa entre los VE y los vehículos con motor de combustión interna, es necesario que comparemos modelos similares. A efectos de este estudio, compararemos el Volkswagen Golf (gasolina y diésel) con el Volkswagen ID.3 (eléctrico). El Volkswagen ID.3 puede considerarse el sucesor del Volkswagen Golf eléctrico y ya está ampliamente disponible.

En términos generales, el promedio del TCO del Volkswagen Golf y del Volkswagen ID.3 es similar en los 22 países incluidos en el estudio. Sin embargo, hay claras diferencias en elementos de coste individuales, como se ilustra en el siguiente gráfico. Los elementos de coste del Golf se fijan como referencia, y los elementos de coste del ID.3 se comparan con ellos. Este método evidencia las diferencias de coste entre los VEs y los vehículos con motor de combustión interna.

En 2021, el precio de la electricidad (EUR/kWh) y el precio de la gasolina (litros/kWh) se incrementaron. Como es natural, un aumento de este elemento de coste del TCO se traducirá en un aumento del TCO global. Sin embargo, el efecto de un aumento del precio de la energía en un VE frente al mismo aumento del precio de la energía en un vehículo con motor de combustión interna es diferente, ya que los costes de la electricidad constituyen una parte más pequeña del TCO que los costes del combustible. En el caso del Volkswagen ID.3, la energía supone el 11 % del TCO, mientras que en el Volkswagen Golf la energía representa el 22 % del TCO. Mira el siguiente gráfico a modo ilustrativo.

Por lo tanto, un aumento en el precio de la electricidad tiene un impacto diferente al de un aumento del precio de la gasolina/diésel. Por ejemplo, cuando el precio tanto de la electricidad como del combustible aumenta un 50 %, el resultado es un aumento del TCO del 6 % para el Volkswagen ID.3, pero representa un aumento del TCO del 11 % para el Volkswagen Golf. Esto demuestra que el ID.3 es más resistente a las fluctuaciones del precio de la energía que el Golf. Además, un VE puede recargarse con fuentes de energía renovables, por lo que si se cuenta con paneles solares en el tejado y se recarga el vehículo (parcialmente) con la electricidad de esos paneles, el usuario se ve aún menos afectado por las fluctuaciones de precios.

Esta comparación demuestra que el coste total de propiedad de un Volkswagen ID.3 es, de media, inferior al de un Volkswagen Golf. Resulta evidente que, desde el punto de vista de los costes, los VEs son una alternativa adecuada a los vehículos con motor de combustión interna en las políticas automovilísticas, y hay pocas razones para rechazarlos. La mayoría de los países incluidos en este estudio muestran escenarios en los que un VE es la opción de menor coste (véase el CCI 2021*).

También observamos que, en general y desde el punto de vista del coste, una duración del arrendamiento y kilometraje más elevados producirán mayores ventajas para el VE en comparación con el vehículo con motor de combustión, tanto por los menores costes de funcionamiento (principalmente impuestos de circulación y combustible) como por el valor de la inversión, ya que este es más elevado y puede repartirse a lo largo de un periodo más prolongado.

El análisis también muestra diferencias en los elementos de coste individuales a la hora de comparar los vehículos con motor de combustión interna con los vehículos eléctricos. Uno de los factores más relevantes son los costes de combustible y electricidad, en los que los VEs salen ganando y que, sin duda, deberían incluirse siempre en una comparación justa del TCO. Además, los VEs no solo se muestran menos sensibles a las fluctuaciones de los precios de la energía, sino que también pueden recargarse (al menos en parte) con fuentes de energía renovables.