Se conduce como un coche, pero ninguna furgoneta lo es
Las previsiones apuntan a una duplicidad en el volumen de entregas de paquetes en los próximos diez años debido al imparable crecimiento del comercio electrónico. Esto implicará inevitablemente un aumento del tráfico y la irrupción de las furgonetas en el reparto de última milla.
Para conducir una furgoneta se requiere la misma licencia de conducir que para un turismo, sin embargo, tanto por su uso y destino como por su tamaño existen grandes diferencias que hay que tener en cuenta.
Las furgonetas tienen una velocidad diferente a los turismos debido a que su centro de gravedad es más alto.
Además por su peso y volumen las hacen más vulnerables e inestables en la carretera, sobre todo antes vientos laterales, o ante determinado tipo de maniobras y por ello su velocidad está adaptada a dicha dificultad.
El Reglamento de Circulación establece que una furgoneta no puede circular por encima de los 90 km/h en autovÃas y autopistas ni a más de 80 en carreteras convencionales con arcén de 1,5 metros y 70 km/h en el resto de vÃas fuera de poblado.
Y controles de velocidad están preparados para diferenciar por tipo de vehÃculo y sancionar en función de dicho lÃmite.
Pero la velocidad no es la única diferencia, la visibilidad es menor que en un turismo por la dimensión mayor, sobre todo en visión trasera y ángulos. Algunas furgonetas carecen de retrovisor interior, lo que dificulta la maniobra de marcha atrás. La probabilidad de una furgoneta de sufrir un accidente marcha atrás es casi 1,5 veces mayor que para el resto de vehÃculos. De no poder evitar esta maniobra, es importante valerse de los asistentes de ayuda a la conducción, como los sensores de proximidad o aparcamiento y llevarlos siempre activos, y seguir la regla RMS (Retrovisor, Señalizar, Maniobrar).
Además, existe un espacio a cada lado del vehÃculo del que no se tiene visión, llamado ángulo muerto. En estos casos hay que hacer una observación directa girando la cabeza para ver por las ventanillas laterales.
Y por último, hay que prestar mucha atención a las señales que indiquen un lÃmite de altura (las de gálibo) o de anchura, para evitar quedarnos atascados, especialmente en los accesos subterráneos, garajes, centros comerciales, etc.
En el 50% de la colisiones ocasionadas por furgonetas, éstas estaban inestables antes de colisionar, según la Fundación Mapfre. Por ello es imprescindible dedicar tiempo para asegurar una buena distribución y sujeción de la carga.
En ocasiones ocurre que con el ánimo de agilizar el reparto el conductor dispone el siguiente paquete en la cabina del conductor menoscabando su seguridad y la del resto de agentes de la vÃa. Un objeto suelto en el vehÃculo pesa 50 veces más en un impacto, por lo que respecta siempre la separación fÃsica entre la cabina de pasajeros y la zona de carga.
Más diferencias, la furgoneta presenta su mayor siniestralidad en vÃas urbanas, explicado por su destino prioritario, el transporte de mercancÃas, siendo el alcance trasero uno de sus principales tipo de accidentes. Su masa mayor exige mantener una mayor distancia de seguridad pues debemos ser capaces de detener el vehÃculo a tiempo ante cualquier imprevisto.
Y menos importante, revisa tu descanso y el de tu vehÃculo, no se debe conducir más de dos horas sin realizar una parada de 15 minutos. Y evita llevar el vehÃculo como si fuera una oficina móvil, distracciones como la manipulación del planificador de rutas, móviles, o GPS pueden agravar seriamente la seguridad vial. Además, el 40% de las furgonetas no realizan reglamentariamente la inspección técnica de vehÃculos, siendo su antigüedad media muy superior a la de los turismos, pudiendo ser un factor determinante para el aumento de la siniestralidad en esta clase de vehÃculos. Realizar un correcto mantenimiento del vehÃculo puede ser determinante para cuidar de ti y tu entorno.