Circulación en Rotondas
Redondela, glorieta, rotonda… De forma circular, ovalada, de cacahuete… Las hay de todos los tamaños y formas pero, sean como sean, las normas de circulación son las mismas que en cualquier otra vía.
¿Cuántas rotondas te encuentras cada día desde que te pones en marcha?
Diariamente pasas probablemente por más de media docena de ellas y, cada una supone un riesgo distinto. Unas tienen muchos carriles, son muy amplias y los coches se cruzan de un carril a otro a toda velocidad; otras, tienen mucha visibilidad y se atraviesan sin reducir la marcha… ¡Las opciones, y los riesgos asociados, son infinitos!
Son parte de nuestro día a día al volante, pero ¿sabemos cuál es la forma correcta de circular por ellas?
Ante todo, debemos tener presente que una glorieta ES UN CRUCE y, por tanto, siempre que nos aproximemos a una hay que hacerlo con precaución; prueba de ello es que al comienzo de todas ellas hay un ceda el paso. En aquellas en la que tenemos muy buena visibilidad tendemos a confiarnos y tomarla en línea recta, y esto no es solo incorrecto sino que, además, nos expone y multiplica las probabilidades de sufrir o provocar un accidente.
Por eso, recuerda que dentro de una rotonda el sistema de carriles no es diferente al del resto de vías; al igual que en una curva, los carriles de una rotonda se rigen por las mismas normas de circulación que las de un sencillo tramo recto de carretera.
Cuando te aproximes a una rotonda reduce la velocidad
Uno de los siniestros más habituales en rotondas es aquel en el que, estando parado antes de acceder, el vehículo que circula detrás impacta al de delante creyendo, erróneamente, que este va a acelerar para introducirse en la glorieta.
Lo primero que debemos hacer es cerciorarnos de que el vehículo de delante se ha incorporado a la glorieta antes de acelerar. El error más común es que prestamos más atención a los coches que circulan dentro de la rotonda que al que nos precede. Y no hay que olvidar que de quien debemos estar pendientes es del vehículo que tenemos delante.
Nuestra recomendación:
- Con buena visibilidad, tráfico fluido y sin vehículos que nos precedan, respeta el acceso a una rotonda como si de un ceda el paso se tratara.
- Sitúate en el carril adecuado antes de entrar en la rotonda.
- Ante una mala visibilidad, tráfico intenso y vehículos delante, actúa como si fuera un stop.
- Recuerda que el retrovisor central es muy útil para ver la velocidad y distancia de los que nos siguen.
Quien golpea al vehículo que va a acceder a la rotonda, siempre será el responsable del accidente
Esta es la forma más corriente que suele tener una rotonda. En todos sus accesos tiene un ceda el paso , ya que quien circula por dentro tiene siempre prioridad con respecto a quien va a acceder a ella.
En este gráfico, el vehículo rojo sería por tanto el responsable del golpe si colisionase con la parte trasera del coche azul. Por eso, la mejor herramienta para enfrentarse a una rotonda es la paciencia; cada conductor necesita su tiempo y seguridad para acceder.
Situación 1:
En este caso, el coche azul tiene preferencia sobre el coche rojo.
Antes de acceder a una rotonda se debe escoger el carril idóneo por el que se va a circular según la salida que se vaya a tomar. Si vamos a tomar una de las primeras, deberemos situarnos en el carril de la derecha. Si no es de las primeras, podremos situarnos en los carriles interiores y, como en cualquier otro tipo de vía, una vez nos vayamos acercando a la salida deberemos ir incorporándonos con precaución al carril exterior porque:
**EL VEHÍCULO QUE CIRCULA POR EL EXTERIOR TIENE SIEMPRE PREFERENCIA ** Es decir, no tiene obligación de facilitarnos la salida y, ante una posible colisión, mi vehículo será el responsable.
Situación 2:
De nuevo, observamos un caso en el que el coche azul tiene preferencia. Él está dentro de la rotonda y nosotros vamos a acceder a ella, por lo que tenemos que respetar un ceda el paso. Este no difiere de cualquier otro cruce, la única diferencia es que en lugar de recto, es circular.
EL VEHÍCULO QUE SE INCORPORA A UNA ROTONDA ACCEDE A UNA VÍA, POR LO QUE DEBE CEDER EL PASO A LOS QUE YA CIRCULAN POR DENTRO DE ELLA.
Situación 3:
El vehículo azul va a salir de la rotonda y el rojo quiere entrar. En este caso, el azul tiene preferencia.
Si en lugar de abandonar la rotonda el vehículo azul decidiera continuar su circulación por dentro y el coche rojo colisionara con él al acceder a la glorieta, la responsabilidad será siempre del coche que se dispone a acceder. Incluso aunque el otro llevara el intermitente derecho erróneamente accionado.
Activa tus cinco sentidos siempre que te vayas a incorporar a una rotonda, hay algunas con ornamentación que limitan o anulan la visibilidad de acceso.
SI TE APROXIMAS A UNA ROTONDA, REDUCE LA VELOCIDAD. CUANDO SALGAS PON EL INTERMITENTE Y AVISARÁS A LOS DEMÁS USUARIOS DE TUS INTENCIONES.
Excepción:
No todas las rotondas son iguales, algunas están reguladas por semáforos o cedas el paso en su interior. Por ello, mantén tu atención siempre en la vía por donde circulas y adecua tu conducción a las normas y circunstancias del tráfico.
Recuerda este semáforo antes de llegar a ellas.